A VECES, NO NOS DEJA CAMINAR
Ante la presencia de una nueva paciente con problemas de semiparálisis, con un cierto grado de carencia de sensibilidad en las extremidades inferiores, joven y portando una serie de pruebas clínicas con diagnosis no demasiado precisas (probable desmielinización del sistema nervioso o bien una, también probable, afectación virósica medular, etc.) y habiendo conseguido con acupuntura muy buenos resultados en ambos casos, con una vuelta a sus andares con absoluta normalidad, creemos necesario reflexionar sobre este extremo ya que, como todo el mundo debería saber, la acupuntura nada tiene que ver con la magia, sino que, sencillamente, funciona.
Los procesos de somatización en la persona son mucho mas comunes de lo que parecen, que un estado de tensión emocional termine provocando dolor de cabeza resulta normal para cualquier observador, así como que en ocasión de tener que "tragar" algo (o por no haber querido hacerlo) concluya provocando desde dolor de garganta hasta alguna dolencia mucho más grave, depende de lo que haya tenido que "tragar", las malas notas en los estudios de un hijo, la sospecha de un adulterio... o la confirmación del mismo.
Tenemos ante nosotros a una joven y guapa señorita, de familia de clase medio alta, a punto de terminar su carrera universitaria, que se ha enamorado de un joven apuesto, sin trabajo, sin estudios de nivel superior, pero que no da suficientes argumentos negativos a los padres de la joven, puesto que se le puede "ayudar" en la empresa de papá, en el alquiler de un piso, o en la posibilidad de compra del mismo, o incluso vivir en casa de papá y mamá, la joven, de pronto, encuentra dificultad en su andar sin saber muy bien el porqué.
Los miedos consumen la energía de riñón, nos dicen los estudios de la medicina oriental realizados y comprobados durante dos mil años, estudios que hoy llamamos bioenergéticos. Esto afectará a los huesos (es muy joven para detectar síntomas en ese área), al liquido sinovial (idem), al oído ("es verdad, siento ruiditos"), al pelo ("es verdad, se me cae mucho más que de costumbre").
La falta de energía de riñón afectará al hígado -señalan las mismas fuentes- y ello afectará a los músculos, al estado de ánimo, se experimentará tensión nerviosa, mal dormir ("tengo de las cuatro cosas") y, finalmente... "no se que me pasa, no puedo caminar" o, en realidad, y aunque la idea se nos cruce por la cabeza pero no llegue a quedarse en ella: "no quiero caminar, porque no sé adonde voy".
No siempre funcionará con el mismo número de sesiones, incluso en algunos casos puede perderse cierto grado de voluntad por parte del terapeuta o paciente pero, en cualquier caso, el paciente se sentirá mejor y, poco a poco recuperará su entusiasmo por vivir. Clara que depende también del "otro" u "otra"...