Nick Vujicic nos da una lección de la que mucho
o nada (depende de nosotros) podemos aprender
Resulta extremadamente difícil hablar de un tema extremadamente sencillo: valorar qué es lo que se tiene no es lo mismo que "conformarse" con lo que se tiene. Hay un dicho castellano que ilustra el concepto: "No se debe confundir el tocino con la velocidad". Todos nosotros, alguna vez, confundimos una cosa con la otra, convencidos que estamos en lo cierto. "¿Acaso la acupuntura cura el cáncer?", nos pregunta (escondiendo una afirmación detrás de la pregunta) un médico al finalizar una conferencia sobre las aportaciones de las medicinas complementarias en el tratamiento de la enfermedad. La pregunta demuestra que no me he explicado bien (o que no has entendido nada, amigo mio).
Vamos a presentar a un viejo conocido, se llama Nick Vujicic (Nicolás James Vujicic), nacido el 4 de diciembre de 1982. Cuatro años atrás, un corto metraje ("El circo de las mariposas") recorrió el mundo a través de Internet y nos mostró el caso de un hombre sin brazos ni piernas que al escucharle hablar daba la sensación de que no necesitaba ni de las extremidades superiores ni de las inferiores. El verle y escucharle te obligaba a "tragar saliva" y mientras se te iba dibujando una sonrisa en la cara notabas como corrían las lágrimas por tus mejillas, no de pena, no de alegría... ¡vaya a saber el porqué!
Este hombre ha seguido dando conferencias por todo el mundo tratando de dar ánimos a las personas discapacitadas. Discapacitadas también como usted o como yo, discapacitados para valorar en su justa medida aquello que tenemos y podemos mejorar, frente a lo que deseamos o pretendemos tener y al no conseguirlo entramos en el mundo de la "normalidad": medio ansiosos, medio deprimidos, medio desilusionados, medio defraudados, medio hartos/as... En fin, casi todo a medias.
Un poco de pilates, otro poco de yoga, un poquito de tai chi, otro de chi kun, algo de gimnasio y, finalmente, otro poquito de opiacesos, nos va abriendo camino para llegar a la meta, a la nada definitiva. Es como para no cabrearse. Pues bien, haga clic en el vídeo de Nick (es una conferencia ante jóvenes estudiantes) y verá como su sentido del humor (el de él, claro está) le hará reír y llorar al mismo tiempo. Y tal vez podamos aprender algo de la magnífica lección que nos da este hombre que carece de brazos y piernas.
UN EJEMPLO PARA EL ACUPUNTOR
El pasado sábado, algunas de mis alumnas/os manifestaban su incredulidad ante la eficacia de la acupuntura abdominal, nueva/vieja técnica desarrollada en los últimos veinte años por el doctor Bo Zhi Yun en China, que conciste en solo punturar el abdómen con un criterio holográfico o reflexológico y permite tratar patologías de todo el cuerpo humano.
Pues bien, aqui no hay brazos ni piernas, aqui no hay forma de utilizar el eficaz E36, ni los R3 y 7, ni el B6, así como tampoco, el IG4 y 11, o el tan importante MC6, pero tenemos todo el cuerpo "dibujado" en el abdómen, solo es cuestión de aprender la técnica y no necesitaremos esperar a la presencia de Nick en nuestra consulta, sino tantos pacientes que tienen difucultad para estar en la camilla "boca abajo", decúbito prono o ventral.
Difultad para respirar, o porque en esa posición aumenta el dolor, por temor "a lo que me están haciendo sin que yo pueda verlo", por incomodidad debido a la obesidad o a la edad avanzada, o porque la paciente no soporta la presión en el pecho en los dias previos a la mestruación.
En cuanto a la eficacia del tratamiento, solo es cuestión de comprobarlo por parte del terapeuta, es una punción habitualmente indolora y, an algunos casos, de radical e inmediato efecto positivo.
Nota de la Redacción: Gracias Nick, esperamos que al menos nos quede algo de tu lección en nuestro vademecum particular. Y gracias Maquen por habernos enviado el video de Nick, que como bien dices, es para ver y "reenviar" hasta el cansancio. Es más, es para difundirlo de forma obligatoria en todas las escuelas primarias del mundo.