La frase resulta no menos que sorprendente: "La vida es un privilegio, no un derecho" y es sorprendente puesto que se trata de una disyuntiva que proviene a su vez de una reflexión muy poco usual. En nuestro vasto Occidente -que en algunos temas resulta más bien "basto"- siempre hemos hablado del "derecho a la vida" al tiempo que hemos obviado el privilegio que encierra el estar vivo.
.- ¿Que ve ustred en este pais que no veo yo?
La respuesta no se hace esperar:
.- ¿La luz? ¿Los colores? ¿Los aromas? ¿La extraordinaria amabilidad de las gentes? ¿O tal vez el que la vida se considere un privilegio y no un derecho? Solo eso ya es una enseñanza importante.
"El exótico Hotel Marigold" es el título de la película y el gentleman no es otro que el irremplazable actor inglés Tom Wilkinson. En la misma, aquella Maggie Smith que en el cine lo hizo todo -todo- por su parte, borda el papel de la inglesa homófoba, racista, irascible y aparentemente muy egoista, que no quiere que la atiendan médicos de raza negra en Londres y termina siendo "tocada" -¡que horror!- con las manos de oscuros hindúes o indios en un hospital de Bombay, debido a la urgencia de la interrvención y las restricciones y recortes presupuestarios en la sanidad de su pais.
Respuesta del médico indio, sin inmutarse y sin que se le mueva un solo músculo de la cara:
.- Si, es que los cirujanos de este pais, a medida que van operando van adquiriendo más suerte.
Pero, volviendo a la primera afirmación (en Oriente, vivr es un privilegio, en cambio en Occidente es un "derecho"), nos preguntamos el porqué. Tal vez porque en nuestro complejo cultural -notablemente complejo-, vivir es obligatorio, es algo que nos viene dado de forma inexcusable, no elegida por el que terminará siendo un ser humano y, para mayor carga, viene con la obligación es redimir a los primeros "pecadores".
En cambio, estos salvajes orientales se dedican al dolce far niente del vivir para disfrutar de la existencia, ya que para una parte de los mismos venimos de reencarnación en reencarnación sin principio ni fin (hinduistas), mientras que para los otros (taoistas) siempre hubo materia y energía y siempre la habrá, con una infinitud detrás y otra delante.
Asi es que para los orientales en general, "vivir es un privilegio" y por tanto merece la pena dedicarse a cosas tan reconfortantes como disfrutar del color, los aromas, la luz, el amor... en tanto, podríamos intentar mejorar este mundo ejerciendo actos de solidaridad y lugar de alentar como se alienta el ejercicio de la competitividad.
Serafín Nuñez, médico (Madrid)
N. de la R.: Al report de Serafín Nuñez se le agregaron las fotos, el titulo y una corrección de menor importancia en el texto.