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lunes, 18 de marzo de 2013

ALTERACIONES DE LA SANGRE

De cómo combatir la astenia primaveral
sin tener que "chutarse"

      "De siempre" sabemos que la primavera trae consigo astenia, pero quienes lo "saben a ciencia cierta" son los laboratorios, que en los días previos al nacimiento de la estación, así como en las primeras semanas de la misma, a través de la televisión nos bombardean con unos anuncios que ya no dicen "para los síntomas del resfriado...", sino "para el cansancio, el agotamiento..." En tanto que en las farmacias puede verse que en sus escaparates principales aparecen todos los complejos químicos destinados a "despertar" al adormilado habitante de la primavera.

      Según explican los expertos, uno de los elementos que provocan la astenia es la diferencia de horas de luz. Además, las fases lunares determinan cambios en las las presiones atmosféricas. De hecho la primera quincena de los meses primaverales suelen dar más síntomas de astenia por acelerar el aumento de la temperatura del cuerpo y por agitar más la sangre, incrementando la llegada de toxinas de las células al torrente circulatorio, para ser eliminadas finalmente por los riñones.

      Hay más: en los días previos a la estación comienzan a producirse síntomas atmoféricos que el concepto popular califica de "adelantos". En algunos casos estos adelantos provocan no pocos problemas en la agricultura, cuando, por ejemplo, días después de uno de esos subidones de temperaturas que no corresponden al momento estacional, se produce una helada que congela los brotes aparecidos en las plantas.

      En los días de "brotes" la apariencia de la vejetación mejora a la vista del ser humano, pero las planta están que trinan, puesto que sus carnes se abren provocándoles molestias y hasta "dolores". Pues bien, el ser humano también tiene brotes en la primavera y, en el comienzo de la misma, parecen las medio olvidadas migrañas, lumbalgias, cervicalgias, acné, manchas en la piel y, junto con el polen, las alergias.

 Este es el momento de detectar cual es el órgano del nuestro cuerpo más desestabilizado al nacer la primavera. Recordemos "la primavera la sangre altera". Así es, el hígado que es nuestro reservorio de la sangre, el filtro de todas nuestras barbaridades alimentarias y medicamentosas, se revuelve, se enfada, se excita, puesto que recibe una sobrecarga energética temporal. Es el momento de su depuración: agua con limón, aceite con limón, té con limón, en fin, limón con limón. Eliminar los fritos y los dulces y beber un vaso de agua cada hora u hora y media.

      En primavera los acupuntores comenzaremos con el VB34, porque los músculos serán los que darán la alarma: contracturas, calambres, etc. y porque la víscera a regular será la vesícula biliar, víscera protectora del órgano maltratado (hígado). Aplicaremos acupunción en el 3 y 8 H y, por supuesto, tendremos en cuenta que el riñón es el que aplaca el fuego de H, por tanto utilizaremos el 3 - 7 y 10 R. Y, como cada casa es un mundo y cada caso diferente, regularemos aquello que haga falta en cada humanidad en particular.

      Recordaremos a nuestros pacientes y amigos que la energía es una cosa y otra muy distinta la euforia. Por tanto, ese plus de energía que reclama el cuerpo en primavera se lo daremos regulando los tres elementos que fabrican nuestra energía de sostenimiento: el aire, los líquidos y los sólidos que ingerimos, y lo haremos tal como lo explicáramos más arriba, agregando que los ejercicios respiratorios matinales revitalizarán a su vez nuestras reservas.

      El café, y el resto de compuestos químicos que están a la orden del día en nuestra sociedad, solo nos dan un plus de euforia que, una vez pasado su efecto y al haber consumido una mayor cuota energética, nos lleva a un estado de hundimiento aún mayor que el natural estado de "astenia primaveral".
Diversas fuentes de información y experiencias clínicas personales.