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domingo, 28 de octubre de 2012

ACUPUNTURA Y ALGO MAS

Una fórmula eficaz para responder
al "¿¡Pero... qué puñetas!?"

      El doctor Robert Chu, que ejerce su profesíón en EEUU, fundador de la International Tung Association (ITARA) asociación internacional para la investigación de la acupuntura del maesto Tung, y por lo tanto experto en las teorías de este último, afirma que un método radical para tratar a las personas que se encuentran en un estado de "no se que me pasa" es el que ha bautizado PQP o WTF, en su sigla en inglés,
     No es el mejor método para un paciente que será tratado por primera vez con acupuntura, sobre todo porque si éste se encuentra en el mencionado estado le será imposible transmitirnos el conjunto de sus síntomas de forma clara. La primera sesión siempre tendrá la intención de regular la bioenergía del paciente, a no ser que se presente con un cuadro patológico agudo. En este último caso -tal como los expertos bien lo saben- lo primero será tratar el síntoma, en ocasiones sedando el yang y en otras tonificando el yin.
      Pues bien, entonces ¿cual es el momento de aplicar el PQP?.  Lo será siempre en pacientes habituales en acupuntura y precisamente cuando se presentan con un conjunto de sensaciones de difícil definición, ejemplos:
a) "Tengo la sensación que mi cabeza va por un lado y mi cuerpo por otro".
b) "No tengo ningún motivo para estar como estoy, pero no se que me pasa...".
c) "Hoy, desde que me levanté de la cama tengo la sensación que no me entiendo con nadie".
d) "Desde ayer estoy pensando que en realidad no estoy cansada sino harta de todo. Y no tiene explicación, puesto que todo en mi entorno está normal".
e) "¿Será la luna? pero no aguanto a nadie, ni a mi".
      Hay muchos más ejemplos llenos de simpatía y humor, o mal humor, pero los consignados más arriba seguramente serán suficientes para que el profesional o el lector curioso tengan las pistas suficientes como para imaginar el resto.
      La fórmula del doctor Chu, originaria del maestro Tung, requiere de solo diez puntos. Cinco en la pierna derecha y cinco en la izquierda. En ese orden:

2 - 3 y 6 de H (en este caso y a diferencia del clásico, el 2 de H al que nos referimos estará situado a medio "cun" del tres, punturado de forma perpendicular a la piel).
Se agregará el 34 y 39 de VB.

Así, en la pierna izquierda, punturar el 36 y 37 de E. Junto al 6 - 9 y 8 de BP.

        Como es evidente, para cada uno de estos puntos existe una explicación individual que puede encontrarse en cualquier manual de acupuntura (consultar por ejemplo el primer tomo del tratado de acupuntura del Carlos Nogueira: Fundamentos de Bioenergética). Pero hay algo que será muy difícil de explicar "científicamente" y es el porqué la combinación de todos estos puntos consiguen producir en el paciente su efecto regulador.
      La primera lectura expuesta nos dará muchas pistas, es cierto, pero insistimos en la dificultad de consignar de forma absolutamente fiable el "efecto de suma". Esto es así como lo es que, en el ámbito de la bioquímica cada medicamento habrá sido estudiado tanto en su supuesta eficacia al tratar la patología correspondiente, como en sus efectos secundarios algunas veces considerablemente nocivos. Ahora bien, no existe de momento ningún laboratorio que se dedique a experimentar científicamente y en operaciones de "doble ciego" sobre los efectos secundarios producto de la combinación de dos medicamentos de diferente laboratorio. Hay estudios sobre incompatibilidades, pero no los hay en cuanto a "efectos secundarios".
         Peor será cuando -en numerosas ocasiones, más bien numerosísimas- al paciente le es recetado dos, tres y hasta ocho o diez medicamentos en una combinación tipo "empanada" donde a veces se suman duplicidades y hasta contraindicaciones involuntarias, sobre todo en el ámbito de los psicofármacos. Atención: tampoco se escapa a tal complicación la combinación de productos "naturales", tanto como cuando se recetan con un buen criterio homeopático, como en el más común de los casos: cuando se cambia un medicamento químico de síntesis, por uno "natural" con el mismo criterio alopático con el que se recetó el primero. El remanido argumento será: "el natural hace menos daño".
      Este último caso puede explicarse del siguiente modo: ante la presencia de flema o abundante mucosidad, con ausencia de motivación climática evidente, y sin fiebre, lo más normal es administrar un disolvente de origen sintético químico que nos traerá algún efecto secundario no deseado, claro está. Pues bien, el medico-naturópata le administrará en su lugar, por ejemplo y con el mismo objetivo, llantén o tomillo. En cambio, el terapeuta que ejerza con un criterio bioenergético y/u homeopático, lo más probable será que le administre un reconstituyente de la función hepática, al tiempo que le aconseje una reducción notable del consumo de lácteos y sus fermentos, especialmente quesos, puesto que al no haber motivación climática ni fiebre, lo más probable es que la causa sea de orden digestivo.Tómese el ejemplo desde una perspectiva muy general, puesto que, por supuesto siempre puede haber otras causas, fundamentalmente emocionales, pero también fisiológicas, físicas y hasta genéticas.
      El valor añadido a la fórmula del doctor Robert Chu es que se deriva de su actividad en un hospital privado de USA, donde han sido tratados innumerables pacientes con ella. En nuestro caso particular, aquí, en Galicia, el valor estadístico de nuestra experiencia con la citada fórmula es francamente exigüo, tanto como contundentemente eficaz: en todos los casos en los que se ha empleado el resultado ha sido un éxito.
      Se nos olvidaba explicar el título de este informe: las siglas PQP responden evidentemente a aquello de "¿¡Pero... que puñetas!?", así, el final de la frase sería "me pasa" en el caso del paciente, y "te pasa" en el caso del terapeuta.