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miércoles, 26 de septiembre de 2012

DIARIO 3 (Patologías)

 Los efectos esperados en otoño y primavera

            Como bien sabemos, en estos días (finales de septiembre) en la mitad del mundo se comienza a percibir un bajón de la temperatura ambiente, en tanto que en la otra mitad ocurre lo contrario. En el hemisferio norte, desde donde escribimos estas líneas, comienza el otoño, en tanto que en el hemisferio sur la primavera. Fuera de estos baremos generales se encuentra la línea roja del Ecuador, que divide al mundo en las dos partes señaladas más arriba, larga zona geográfica que “toca” muy pocos paraísos habitables (tierra y no puro mar) entre ellos Las Islas Canarias y el propio pais que lleva su nombre: Ecuador. ¿Qué patologías son las habituales en estas ocasiones?
El otoño y la primavera provocan malestares muy parecidos en sus síntomas que, según la genética del paciente se manifestarán como problemas respiratorios o ansiedad con depresión, o así como reacciones en la piel, entre otros, y además, curiosamente, si el otoño trae consigo la caída de las hojas del árbol y del pelo, la primavera nos ofrecerá la subida de otros: junto a los brotes, flores y colores más intensos de la primavera, vendrán los ardores y las explosiones hormonales. Que a su vez, en el caso de los estudiantes, se convertirá en falta de concentración y no pocas confusiones emocionales.
Todo ello, para nosotros, o mejor dicho, desde nuestra perspectiva bioenergética (si se quiere, puesto que desde cualquier punto de vista aquello que es evidente lo seguirá siendo mires desde donde lo mires) en el último de los casos –primavera-  provocará un exceso de energía en el hígado (como dirá la señora del ámbito rural: “estoy del hígado”. Sabias palabras y acertado concepto. Todo ello con un punto de ansiedad que finalmente dará una clara sensación de cansancio –astenia-. Tenemos puntos de acupuntura para serenar el hígado, como otros para regular la energía. En tanto que el aire que respiramos, con abundante polen, provocará numerosos problemas respiratorios, con respuestas alérgicas que a su vez se reflejarán en la piel. Dispersaremos la energía del pulmón y tonificaremos el bazo (según la Ley de los Cinco Movimientos).
En cuanto al otoño –el que comenzamos a transitar, aquí, en el hemisferio norte- nos traerá un agotamiento energético de los riñones, almacén de la energía que nos han transmitido nuestros genes anteriores. Se cae el pelo, perdemos capacidad auditiva (hay personas más sensibles que otras y te lo dicen: “no se que me pasa últimamente que….”), cae la autoestima y aparecerá un aire depresivo, una sensación de melancolía. En este caso tonificaremos los riñones como tratamiento base, junto a un punto bien conocido por los acupuntores y que en China, los propios pacientes aprenden a tonificar con el cigarro de Artemisa –la “moxa”-, es el “zhu-san-li”, bajo la rodilla, a poca distancia y del lado externo.
En Occidente, algún dia, así como “sabemos” –cultura popular- que el corazón puede “llenarse de alegría” o de angustia, o que cuando estamos furiosos, estamos “del higado”, o que cuando sufrimos melancolía nos da por los dulces “porque me lo pide el bazo”, o que la angustia no nos deja respirar bien –pulmones-, algún día, decíamos, nuestro sistema sanitario reconocerá la vinculación del estado energético de órganos y vísceras, no sólo en el comportamiento humano, sino como la causa de numerosas patologías. Con lo cual se aceptará la necesidad de mejorar el funcionamiento energético de los/las mismos a fin de conseguir la recuperación del paciente.