Influencia de la Luna
en el comportamiento humano
Todo aquello que se pueda comprobar en un laboratorio dará finalmente el resultado habitual: un informe. Este informe será calificado de “prueba científica”. Pavlov nos demostró científicamente la existencia del “reflejo condicionado”, simplemente observando el comportamiento de unos perros y comprobándolo más tarde en laboratorio con ratas. Lo cual permitió la redacción del habitual informe. De este modo nadie hoy pide una “prueba científica” sobre el “reflejo condicionado”: ya la tiene.
La presente reflexión viene a cuento respecto a la influencia de la luna en el comportamiento del ser humano. Nadie pide una prueba científica que demuestre que si talamos un árbol en cuarto menguante la madera resultante servirá para unas cosas y no para otras. El hombre de la tierra lo sabe por experiencia y observación, tal si fuese un Pavlov del rural.
El número de partos se incrementa en luna llena, sean las hembras del género que sean ¿se puede obtener una prueba científica de tal observación? Solo en el terreno de las estadísticas podemos deducir hechos… a posteriori.
Puedo aburrir al lector con numerosos ejemplos como estos, cuando en realidad todo lo que quiero decir ahora es que hemos comprobado (el “hemos” es aplicado a un abultado número de observadores de los últimos cinco mil años) que los días de luna llena, así como los de luna nueva, el ser humano se comporta de forma diferente, con cierto grado de agresividad para el primer caso y “de no sé qué me pasa” en el segundo.
En los hospitales, de contar con un programador de personal que tenga estos principios presentes, éste establecerá refuerzos en el servicio de urgencias en luna llena y no correrá ningún riesgo, en todo caso solo contará con la crítica de la gerencia si es que en esas fechas no se incrementa la demanda de servicio que justifique la medida. En cambio, si la disposición es premiada con el éxito, al programador no se le exigirá “una prueba científica” para la próxima ocasión –al mes siguiente-.
Todo este discurso es para explicar el porqué no puedo ofrecer al paciente N.P., hoy presente en la consulta, una prueba científica que explique su comportamiento y el mío en el dia de hoy, con luna llena, y en el que estamos discutiendo con cierto acaloramiento, cuando él es siempre un hombre muy afable y yo, habitualmente, –según me dicen- muy “cariñoso”.
De momento llegamos a un acuerdo, que él mismo me propuso, le pedirá a su mujer que le observe y le diga si cuando hay luna llena es algo más agresivo o intransigente. ¡No sabe el amigo N.P. en el jardín que se ha metido!