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domingo, 23 de septiembre de 2012

DIARIO 2 (Terapias)

Camina o revienta

Hoy es domingo, dia de revisar historias clínicas, aggiornar criterios para los tratamientos, sumar pretendidos éxitos y restar fracasos. El doctor J.F. vendrá mañana a la consulta para su revisión periódica y sesión de mantenimiento. Hace ahora diez años se presentó en la  consulta y nos describió su situación: diagnosticado de esclerosis múltiple su esperanza era la de conseguir ralentizar al máximo su deterioro para poder seguir dictando cátedra en la Universidad. Para esas fechas caminaba con mucha dificultad, ayudado por un sistema por el desarrollado que combinaba dos muletas con unos cordeles que se ataba a los dedos pulgares de los pies, salían de los zapatos, subían por dentro del pantalón, entraban por sendos agujeros en los bolsillos y que nuestro visitante manipulaba con sus manos una vez sentado.
         Hablamos y sintonizamos muy bien respecto al apoyo que podía encontrar en la acupuntura, tanto desde el punto de vista emocional como de reactivación de su energía, naturalmente sin falsas expectativas por ambas partes. Una vez hecha la medición energética con el ryoduraku, procedimos a regular su energía de riñón, principal ausencia detectada, así como a sedar su –por obvias razones- exaltado hígado y, finalmente, tranquilizar su shen. Se marchó muy ufano –son confesó más tarde- habiendo constatado su empatía con quien escribe estas líneas.
         Cuatro días después nos llamó por teléfono para comentarnos que según le había informado un colega, en México había una clínica que combinaba tratamientos de orinoterapia con acupuntura para su mal y que se trasladaría a ese pais acompañado de su mujer para informarse mejor. Le pedimos que tomara debida nota del protocolo que seguirían allí en acupuntura a fin de cotejarlo con el nuestro. Por la noche volvió a llamar para decirnos que no iría con su mujer sino que ésta le había aconsejado que lo hiciera con nuestra compañía. Planificada la fecha por razones de agenda, allá fuimos.
         Singular experiencia difícil de transmitir con precisión. Fueron días de aprendizaje en plan maratón, seminario incluido de especialización en la embajada de Vietnam con el doctor Nguyen Tai Tho, y traducción simultanea del doctor Tomás Alcocer González.
         Han transcurrido diez años y hoy el doctor J.F. camina peor… pero solo ayudado por un bastón, sin aquel combinado de muletas y cordeles, sonríe con gran facilidad. Su hija, que es ahora universitaria, de pequeña nos dibujó como un buzo bajo el mar abriendo un cofre del que no se ve el contenido, le adora, admira y apoya, tanto como su mujer. Y él afirma que con su orinoterápia, acupuntura y “otros ítems”, no solo ha ralentizado su deterioro, sino “que he mejorado”.
Estas cosas no tienen nada que ver ni con la magia, ni con una acción milagrosa, de ser así todo sería mucho más fácil y cómodo. Tiene que ver con la voluntad expresa del paciente, con su tenacidad, con el apoyo emocional que reciba de familiares y compañeros y, finalmente, con las terapias, sean estas farmacológicas, naturopáticas, energéticas, homeopáticas o la combinación adecuada de todas ellas. La lección tiene un mensaje: “camina o revienta”.