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miércoles, 19 de julio de 2017

Bioética y oncología

LA AUTOCRÍTICA DE LOS ONCÓLOGOS 
MAS LÚCIDOS ABRE NUEVOS CAMINOS 
PARA COMBATIR EL CÁNCER

Humanizar la asistencia oncológica es uno de los grandes retos de esta especialidad médica en el siglo XXI, se afirma en la reseña publicada por La Revista, de redacción médica. Los médicos deben tener en cuenta los valores, creencias y situación personal de los pacientes con cáncer para mejorar la atención que les prestan y conseguir así un manejo más integral de la enfermedad. Así lo ponen de manifiesto los autores del libro ‘Bioética y Oncología. Una puerta abierta a la oportunidad’, una iniciativa de la Sociedad Oncológica de Galicia (SOG) que cuenta con el apoyo de la compañía farmacéutica Takeda, y que se presentó en el coruñés Colegio Oficial de Médicos de Santiago de Compostela. 

Tres oncólogos gallegos y un bioeticista editaron este texto, el primero que trata en España la relación entre Bioética y Oncología, cuyo objetivo es dar respuesta a más de la mitad de especialistas que, según una reciente encuesta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), manifiestan explícitamente la necesidad de formarse en esta disciplina.

Los autores que participan en el libro son el facultativo especialista de Área de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña, el doctor Francisco Barón; el miembro del Comité de Ética Asistencial de este centro sanitario y director de Relaciones Institucionales de la Fundación Hogar Santa Margarita, José Ramón Amor Pan; la miembro del Servicio de Hematología y Oncología Pediátrica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), la doctora Alexandra Regueiro García; y la adjunto especialista en Oncología Médica del CHUS, la doctora Francisca Vázquez Rivera.

El Dr. Barón en la presentación del libro
Tal como aseguró Barón “el 30 por ciento de los problemas que tiene un médico en su práctica clínica habitual no son técnicos, sino éticos y, sin embargo, la formación que recibimos es fundamentalmente técnica. La ética y el humanismo se consideran una pérdida de tiempo, competencias ‘blandas‘ frente a la visión mecanicista de la enfermedad”. Los principales problemas y conflictos del día a día “surgen cuando se quiere resolver un problema ético con herramientas técnicas”, sostuvo.

Este autor defendió que técnica y bioética deben ponerse en práctica de forma paralela, y de un modo sinérgico y complementario, de forma que la atención al paciente sea integral. “La parte afectiva y emocional es muy importante, porque el paciente está viviendo una situación grave que puede llegar a comprometer su vida. Si no nos preocupamos por los enfermos, ni somos capaces de ponernos en su lugar y ser empáticos, no vamos a ser buenos oncólogos”, sentenció.

         De ahí que los autores aseguren que es fundamental recuperar la ética y que los oncólogos se formen en comunicación empática, acompañamiento al paciente, o aprender a dar malas noticias, como parte de la labor clínica que deben desempeñar. “Tenemos que conocer la intimidad de los tumores para tratarlos mejor, pero también tenemos que conocer la intimidad de las personas que portan el tumor. Los oncogenes se encuentran en personas, seres humanos que sufren, que tienen miedo, que tienen dolores, y que tienen necesidades”, afirmó Barón.


Importancia de la bioética 
en las decisiones del paciente

         El libro, dividido en 15 capítulos, dedica una primera parte a delimitar los principios antropológicos, culturales y éticos de la bioética, para así poder comprender las consecuencias que se derivan de ellos y que conforman la segunda parte de la obra. En ésta se desgrana la importancia de las decisiones compartidas con el paciente, la atención al paciente pediátrico, la atención cerca del final de la vida y la confidencialidad, entre otros muchos asuntos.

        La bioética tiene numerosas implicaciones en la atención al paciente, como por ejemplo, la elección del tratamiento. “Cuando el paciente tiene que elegir entre opciones terapéuticas parecidas, no elige sólo con base en un oncogen, sino también considerando sus creencias, sus valores, su situación personal, social, familiar, si vive solo o acompañado, si tiene una actitud vital arriesgada o conservadora… cuestiones que son muy importantes y que el oncólogo suele pasar de puntillas”, explicó Barón.

         Además, el autor defendió la importancia de decidir con el paciente, no por él, y señaló que para ayudarle a tomar la decisión adecuada es necesario conocer su biografía, características de su entorno, situación personal y valores. “Pero esto es difícil de hacer si, por ejemplo, no hay continuidad asistencial, o si el médico considera que los valores del paciente no son tan importantes como las características de su tumor”, explicó. “La vocación de servicio al enfermo se va perdiendo si los médicos pensamos en la biología molecular como un fin y no como un medio”, añadió.

          Aunque la Bioética nació en los años 70, la formación de esta disciplina dentro del campo de la Oncología es todavía algo incipiente, algo que los autores instan a cambiar. “Ha costado mucho integrarlo en la cartera de servicios, en la formación, en el corpus de la Oncología que, por una gran inercia de la Medicina en general, se ha tecnificado”, señaló el autor. El resto de firmantes del libro sostuvieron que, aunque el desarrollo de la bioética es lento frente al de las técnicas de la biología molecular, es fundamental invertir recursos en ella para lograr una mejor atención al paciente a largo plazo.

Título: Bioética y Oncología. Una puerta abierta a la oportunidad. Autores: Francisco Barón Duarte, José Ramón Amor Pan, Alexandra Regueiro García y Francisca Vázquez Rivera. Publica: Sociedad Oncológica de Galicia (SOG).

La confidencialidad, el acompañamiento al final de la vida o la toma de decisiones en el trabajo que se debe afrontar a diario en un hospital en el trato al paciente con cáncer, son algunas de las cuestiones que se abordan en el libro Bioética y Oncología: una puerta abierta a la oportunidad, escrito por los doctores Javier Barón Duarte, oncólogo del CHUAC, y Alexandra Regueiro García y Francisca Vázquez Rivera, del servicio de Hematología y Oncología Pediátrica y de Oncología Médica del CHUS, respectivamente, junto a José Ramón Amor Pan, doctor en Teología.

Como ya se ha dicho, el libro fue presentado ayer por el presidente del Colegio Ofcial de Médicos de A Coruña, Luciano Vidán Martínez, y el titular de la Sociedad Oncológica de Galicia, Sergio Vázquez Estévez, en la sede de la institución médica en Santiago.

Grupo de trabajo SEOM
de Bioética en Oncología
      En tanto, en marzo de 2016 se constituyó el Grupo de Trabajo SEOM de Bioetica, cuyos objetivos generales son:

1. SENSIBILIZACIÓN: Promover la toma de conciencia de los profesionales de la Oncología Médica sobre la importancia de cuidar los aspectos éticos del ejercicio de la profesión como parte de una atención integral de calidad.

2. FORMACIÓN: Posibilitar la adquisición, por parte de los miembros de nuestra Sociedad, de conocimientos teóricos que puedan fundamentar la toma de decisiones en cuestiones éticas: mejorar la formación ética de los Oncólogos Médicos, empezando por los componentes del grupo, mediante estudio y asistencia a reuniones específicas, y continuando por los demás que estén interesados, mediante la organización de cursos, o de conferencias, o de mesas de trabajo en este aspecto concreto en las reuniones generales de la especialidad. Buscar bibliografía de interés, recursos y enlaces online para mejorar la formación ética general y específica (y facilitar el acceso a los mismos). Conocer y difundir la legislación vigente acerca de aspectos éticos y morales que conciernen al trabajo en Oncología Médica.

3. DELIBERACIÓN: Identificar las cuestiones concretas que suponen un problema ético en la práctica de nuestra especialidad y deliberar sobre su posible resolución o manejo, con base en los principios bioéticos básicos y en los desarrollos éticos de las diversas corrientes éticas actuales.

4. RECOMENDACIONES: Elaboración de guías de práctica clínica en temas éticos de interés general para la Oncología.

El Dr. Baron con parte del equipo de trabajo

 

      En un momento en el que los avances médicos son cada vez mayores y más complejos a la hora de abordar enfermedades y patologías, algunos profesionales se preguntan si además de en técnicas no habría que avanzar también en el tratamiento ético de los pacientes. 

         Este es el caso de un grupo de profesionales médicos que junto a la Sociedad Oncológica de Galicia (SOG) desarrollaron el libro «Bioética y Oncología. Una puerta abierta a la oportunidad». Entre los responsables de este trabajo se encuentra el doctor Francisco Barón, un facultativo especialista del área de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña. Con esta publicación, Barón y sus compañeros tratan de defender la importancia de la empatía hacia los pacientes con cáncer.


El equipo de trabajo fue formado por un grupo de profesionales de primer orden, entre quienes se encuentran:  


·        •  Dra. Maria Teresa Abad Villar
·        •  Dr. Javier Acevedo Bouzas
·        •  Dr. Francisco Javier Barón Duarte
·        •  Dr. Uriel Bohn Sarmiento
·        •  Dr. Joaquim Bosch Barrera
·        •  Dra. Nuria Cárdenas Quesada
·        •  Dra. Adelaida La Casta Muñoa
·        •  Dr. Eduardo Castañón Alvarez
·        •  Dra. Sara Cerezo González
·        •  Dra. Teresa García García (Coordinadora)
·        •  Dra. Paula Jiménez Fonseca
·        •  Dra. Pilar Lianes Barragán
·        •  Dra. Mª Helena López de Ceballos Reyna
·        •  Dra. Maite Martínez Aguillo.

A pesar de haber nacido en los años 70 y 80, la bioética comienza a ganar importancia en la actualidad. Los autores de este libro apuestan por ampliar los recursos que se dedican a esta formación, que frente a la biología molecular tiene un avance mucho más lento. 

Humanizar el trato al paciente, conociendo su situación social y sus problemas puede favorecer en gran medida al tratamiento y los resultados que este tenga en su salud, por lo que es fundamental que los médicos tengan conocimientos sobre bioética. El inicio de esta idea surgió en un curso organizado por la Sociedad Española de Oncología.

Los asistentes eran residentes y por primera vez se realizó una sesión informativa sobre bioética. La discusión y debate que se generó fue suficiente para afirmar la necesidad de disponer de más material sobre esta disciplina. «La bioética es un complemento a la técnica, el uno es fundamental para el otro», explica el doctor Barón. Al poner en práctica las dos de manera paralela, la atención del paciente es total.


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El  doctor Barón quien inició el camino


Los beneficios que esta disciplina genera no son únicamente buenos para el paciente sino que al trabajar con el enfermo y no por él, realizando el proceso de toma de decisiones en común, los médicos se ahorran el 25% de los problemas que, normalmente, se generan en un hospital y que tienen como causa principal la ética. Lo fundamental aquí es tener capacidad para transmitir la información necesaria para que el paciente comprenda lo que le ocurre de una forma clara y concisa, intentando evitar utilizar tecnicismos y agobiar con demasiados datos.

Seleccionar el tratamiento al que se va a someter de manera conjunta es lo ideal. El doctor Barón explica que esto es difícil cuando «no hay continuidad asistencial» o cuando el médico considera que están por delante «los valores del tumor frente a los valores del paciente».

 

Formación específica

Las facultades de medicina fueron eliminando progresivamente asignaturas como humanidades médicas o filosofía de su programación académica, lo que dirigió claramente la formación de los futuros médicos hacia la excelencia técnica pero dejando completamente olvidado un asunto fundamental como es el trato al paciente, señala por su parte Romina Alonso en el ABC. Ante esta realidad, Barón lo tiene claro, «no tratamos tumores, tratamos a personas que tienen tumores y que están sufriendo», recalca. El doctor explica que no se debe tratar a los pacientes como si se tratase de “un taller de automóvil”, pues cada uno tiene una realidad social.

Para remediarlo, el doctor Barón junto a la SOG propone la realización de cursos de formación y talleres en los que se potencie el aprendizaje por parte de los residentes en bioética, conociendo mejor aspectos tales como aprender a dar malas noticias, comunicación empática o acompañamiento del paciente. El modo de impartir estos cursos debe seguir las tendencias actuales de formación, con clases interactivas, estudios de casos e incluso el empleo de vídeos con series o películas que fomenten el debate sobre la ética de las técnicas empleadas.

Aunque este libro está enfocado hacia la oncología, un área en la que la sensibilidad es mayor al tratarse de una enfermedad tan compleja como el cáncer, cualquier otra disciplina médica debe aplicarla. La ética es transversal, alejada bastante de la verticalidad y fragmentación de otros conocimientos, lo que facilita su incorporación ante cualquier situación frente a la que se encuentre el profesional. Sin duda, merecedora de un lugar privilegiado en las facultades.

Fuentes: ABC, SOG,y Sociedad Oncologica