El colon tiene herramientas
propias para combatir el cáncer
Cuando aparecen adenomas en el colon, las mismas células del tejido producen la molécula denominada BMP (Bone Morphogenetic Protein) que neutraliza su progresión. Los adenomas son el sustrato sobre el que se desarrollan los carcinomas y son muy prevalentes entre la población, según se desprende de un estudio realizado por el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. En tanto debido a la alta tasa de mortandad asociada a los cánceres gastro-intestinales y debido a los más que graves y desagradables efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia, muchos pacientes aquejados de este tipo de cáncer salen a la búsqueda de métodos complementarios que le ayuden a soportar los efectos secundarios de los tratamientos convencionales.
El primer paso en el desarrollo de un cáncer de colon es la formación de tumores benignos denominados adenomas. Se calcula que entre el 30% y el 50% de las personas mayores de 50 años desarrollarán alguno. "Estos adenomas o pólipos son las lesiones precancerosas que, a fuerza de acumular mutaciones genéticas a lo largo de los años, pueden derivar en un cáncer de colon", según los resultados del citado estudio que se publica en "Nature Cell Biology".
Pues bien, un equipo liderado por científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), encabezados por Eduard Batlle, ha descubierto que el colon dispone de un mecanismo de seguridad para restringir la formación de adenomas y su crecimiento. El trabajo lo ha publicado la revista "Nature Cell Biology" este domingo en edición online avanzada y será portada del próximo número.
Los científicos han observado que cuando se forma un adenoma en el colon crece al mismo tiempo la producción de una molécula denominada BMP (bone morphogenetic protein). El estudio explica que la acción de BMP limita la capacidad de autorenovación de las células madre del adenoma, lo que evita que la lesión evolucione rápidamente.
"CIRCUITO DE SEGURIDAD"
¿Tenemos el mismo grado de seguridad para combatir pólipos? se preguntan los científicos que realizaron el estudio. Una hipótesis derivada del mismo es que no todos estamos protegidos con igual grado y que hay variaciones en el genoma de la población que hace que haya personas con circuitos de seguridad más robustos que otras para hacer frente a la formación de pólipos.
Esta hipótesis viene determinada porque los científicos han identificado la región genómica a través de la cual se controla la producción de proteína BMP, es decir, el sitio concreto donde se regula el circuito de seguridad que dispara el colon cuando detecta adenomas. Y es el mismo sitio donde se han encontrado determinadas variaciones genómicas entre la población que están asociadas a riesgo de padecer cáncer de colon.
Estas variaciones genómicas se conocen por estudios poblacionales y por el escrutinio de genomas de enfermos de cáncer de colon que están disponibles en bases de datos como la del 1000 Genomes Project Data.
“Ofrecemos una explicación plausible de por qué determinadas variaciones genómicas (denominadas snip –SNP–) están asociadas a mayor riesgo de cáncer de colon, y pensamos que es porque precisamente estas variaciones tienen un impacto sobre la regulación del circuito de seguridad que nos protege de los adenomas”, explican los científicos. “En todo caso, este trabajo básico permitirá hacer estudios más finos de las variaciones genómicas asociadas a cáncer de colon que caen en esta región donde se regula BMP”.
Entender mejor los mecanismos que aceleran o limitan el inicio del cáncer de colon puede permitir, por ejemplo, descubrir nuevos biomarcadores para identificar mejor a la población con mayor riesgo de padecer cáncer de colon e, incluso, en qué grado de riesgo se encuentran.
El cáncer colorrectal es uno de los cuatro más prevalentes junto a mama, próstata y pulmón y la incidencia mundial es de 1.600.000 casos anuales con una mortalidad del 50%. Los investigadores recuerdan que a partir de los 50 años someterse a las pruebas de prevención como las colonoscopias podría prevenir hasta un 80% las muertes por este tipo de cáncer.
En el estudio han participado grupos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, del Hospital Clínico de Barcelona-IDIBAPS-UB, y del Centro de Regulación Genómica. Los fondos para desarrollar el proyecto provienen de una ERC Grant del Consejo Europeo de Investigación otorgada a Eduard Batlle, de la Fundación Josep Steiner de Suiza y del Ministerio de Economía y Competitividad.
LECTURA BIOENERGETICA
El proceso cancerígeno solamente se produce cuando la
energía de la esfera funcional física emocional y mental del riñón, bazo e
hígado está desequilibrada. Cuando estos tres órganos tienen un déficit en su
funcionamiento se origina una acumulación anormal de tóxicos que alcanza un
nivel insoportable para el organismo. La respuesta es una formación de nuevo
tejido tumoral.
Existe una propensión genética de desarrollar algunos tipos
de cáncer: un historial familiar de cáncer se considera factor de riesgo y se
ha identificado al menos un gen relacionado con el cáncer de colon. Algunos factores
causales directos también se han identificado, tales como sustancias o
alimentos cancerígenos ingeridos, señala por su parte un informe de "Medicina China Clásica".
La exceso de grasa corporal, visceral y
sistémica, así como las dietas bajas en fibra se han identificado como
detonantes de algunos tipos de cáncer intestinal: los productos de desecho
del metabolismo de los lípidos que llegan y se adhieren a los intestinos
podrían muy bien ser los culpables en este caso.
El tránsito intestinal de la
materia fecal baja en fibra, y por consiguiente lento, provoca una exposición
prolongada de las células intestinales a los compuestos encargados de la
fermentación a nivel intestinal.
El cáncer estomacal se ha asociado a la ingestión de
alimentos dañados, contaminados con bacterias y hongos y algunos productos de
desecho metabólico. A medida que avanza la edad, los riesgos de
desarrollar cáncer, y la exposición a los factores causales, aumentan de forma
natural; así como la disminución de la capacidad del sistema inmune para
contrarrestar el desarrollo de las neoplasias. Algunos trastornos inflamatorios
crónicos, tales como la colitis ulcerosa, aumentan el riesgo de cáncer, quizás
por el hecho de que aumenta la tasa de activación del ADN en las células
afectadas.
DIETAS APROPIADAS
Algunos métodos preventivos, tales como dietas apropiadas,
dejar el tabaco, tratar los trastornos inflamatorios y tomar suplementos
nutritivos que refuercen el sistema inmune son todas medidas loables en la
lucha contra estos tipos de cáncer. Sin embargo y todavía, mucha gente no
utiliza estos simples métodos de prevención y el cáncer continua siendo un
grave problema sanitario, por lo que el tratamiento de la enfermedad sigue siendo
un tema de gran importancia.
La medicina occidental moderna trata los cánceres
gastro-intestinales principalmente con una combinación de cirugía y
quimioterapia. Si los bordes están claramente definidos, los tumores
se pueden extirpar con relativo éxito, para luego usar quimioterapia y
tratar de eliminar cualquier célula cancerosa que haya quedado. Si el tumor o
tumores no son operables, entonces la quimioterapia puede que sea el único
tratamiento.
Por otra parte, se utiliza radioterapia cuando se cree que las
células tumorales se encuentran limitadas a una región pequeña y no existe
mucho tejido sano entre las células cancerosas y la fuente de radiación; por lo
general es este el caso cuando se trata de tumores craneales o de garganta.
MÉTODOS COMPLEMENTARIOS
MÉTODOS COMPLEMENTARIOS
Debido a la alta tasa de mortandad asociada con los cánceres
gastro-intestinales (incluso con un tratamiento, la tasa de supervivencia, en
cinco años, para pacientes con cáncer de estómago es del 17% y para el cáncer
colorectal la tasa del 78%) y debido a los más que graves y desagradables
efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia, muchos pacientes
aquejados de cáncer salen a la búsqueda de métodos complementarios.
Muchos de estos métodos se promueven ampliamente, pero están siendo
pobremente evaluados. Algunas evaluaciones de estos métodos han sido publicados
y publicitados, tales como el libro de Michael Lerner "Choices in
Healing". En este libro se hace una mención muy favorable acerca de
la medicina china, así como en algunas otras publicaciones de prestigio,
principalmente debido a la merecida reputación que tiene la MTC de ciencia
médica complementaria en vez de alternativa o suplementaria.
La MTC se usa en
muchos casos para reducir los efectos secundarios nocivos de las terapias
occidentales convencionales, a la vez que aumenta y acelera los resultados
positivos generales.