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miércoles, 9 de octubre de 2013

DIARIO 22 (Concentraciones energéticas de carácter estratégico)

CUANDO LOS LUNARES SE VAN

DE PASEO, SE ENFADAN, O SANGRAN

      La pasada semana hemos recibido en clínica a un niño (seis años) que presenta un cuadro leve de preocupaciones poco habituales en los niños de su edad, incluso no son pocos los adultos que carecen de ese tipo de inquietudes (dudas sobre su futuro o sobre el futuro de la pareja que forman sus padres, entre otras cuestiones de parecida índole). Llevada a cabo una medición bioenergética de Rioduraku, así como una auscultación general, nos encontramos con la grata sorpresa de un lunar de gran tamaño en el Du-4, o Vaso Gobernador del mismo número. En idioma chino es el punto llamado Ming Meng. Cuya traducción al español es “Puerta de la Vida”.

      Es muy común escuchar que si te duele algún lunar, o si cambian de lugar en el cuerpo, tanto como si aparecen y desaparecen, o si sangran, hay que informar al médico puesto que puede ser algo ”malo”. Incluso un previo aviso de que se esta gestando la peor y más común enfermedad de estos años: el cáncer. Exageraciones aparte, los lunares para la medicina oriental no son otra cosa que “concentraciones energéticas”, siendo esto justamente lo que determina la prohibición de pincharlos. En cualquier caso, si el resultado de una biopsia lo indica, lo que se aconseja es extirparlo.

      En el hacer diario de la medicina china, en los hospitales de Beijing, en los que hemos hecho prácticas en cuatro años diferentes en un total de nueve hospitales, sus médicos, con el Nei King-Su Wen (la “biblia” de la medicina china) en sus manos, afirman que los lunares no salen en algunos puntos del cuerpo por “casualidad” sino por causalidad. Incluso que el sistema energético del ser humano es tan inteligente como para crearlos en los lugares que necesita ese individuo en particular. Por supuesto que para los profesionales de la medicina de origen occidental –como es nuestro caso- tal cosa suena algo fantasiosa. Sobre todo si no revisamos nuestros propios razonamientos muchas veces sostenidos con entelequias cuasi místicas.

POR "CAUSALIDAD"
Debilidad lumbar: lunares cerca de los puntos necesarios

      Cuando en consulta se presenta una/un paciente con problemas lumbares crónicos, tanto por laxitud muscular como por contracciones (excluimos aquí causas accidentales por algún esfuerzo realizado o provenientes de pinzamientos) “sabemos” de antemano que se trata de un cierto grado de debilidad en esa zona, con posible vacío energético de los riñones, al tiempo que constataremos que en su espalda, a la altura de los puntos V-24, V-54 y Du 4 (en la zona lumbar, el Du-4 entre los cuerpos vertebrales L2 y L3, a cun y medio de cada lado –el ancho de los dedos índice y medio del propio paciente- los V-24 y, a la misma distancia, los V-54, dos a cada lado del primero) es muy probable que el paciente presente uno o varios lunares. Algo así como que su sistema energético hubiese concentrado un esfuerzo destinado a tonificarlos, algo que haremos de todos modos con agujas, moxa y electroacupuntura.

      Es aquí donde el lector atento puede pensar con toda razón: “¿Pero no habíamos quedado en que no se pueden pinchar los lunares?”. Es verdad, pero hete aquí que el sistema energético es tan sabio y la acupuntura tan antigua que cuando “fabrica” los puntos necesarios para reforzar la salud de su continente (el cuerpo) no los “coloca” en el lugar exacto del punto de meridiano, sino que lo hace un poco antes del mismo si es que tiene que tonificarlo, o después, si tiene que sedarlo. ¡Vale!, ya sabemos que esto suena a brujería, pero no nos importa. Y no nos importa porque así ocurre en infinidad de ocasiones, tantas, que es imposible enumerarlas cuando llevas tantos años comprobando esta afirmación.
      Hace un tiempo atrás y durante cinco años, hemos tenido en consulta una colaboradora excepcional que portaba con gran estilo un espectacular lunar en el Du-22 (a la altura de la tiroides). Su médico en los primeros años de vida, sentía una gran preocupación por la debilidad de su garganta (continuos procesos infecciosos). Todo hasta que apareció el citado lunar que, en los comienzos, era del tamaño de un grano de arroz. Ya adolescente el lunar tenía el volumen de una cereza y así quedó. Pero dejó de tener aquellos procesos infecciosos “para siempre”, afirmaba. 

"PARA SIEMPRE"
  
En la "Puerta de la vida"
      Volviendo al niño citado al comienzo de estas líneas, su madre nos confiesa que de muy pequeño ha tenido problemas para caminar, para hablar y para comer, así como que, lentamente, fue mejorando “poco a poco", con el tiempo. El lunar en el Du-4 fue creciendo hasta alcanzar el tamaño de una cereza. Nada es casual, decíamos, sino causal: el punto se llama “Puerta de la Vida” (Ming Meng) y está situado a la misma altura del ombligo, solo que (como ya advertimos), en la espalda, entre la L2 y L3, y se supone que es el primer punto energético que “fabrica” el sistema que controla el continente (el cuerpo), de ahí su nombre: Puerta de la Vida.

      Una salvedad: si la persona está de pie, el Ren-8 –ombligo- y el Du-4 no estarán a la misma altura. El último estará algo más arriba. El motivo es que cuando el sistema lo fabrica es cuando aun es feto y la posición fetal hace coincidir a los mismos, cosa que cuando el cuerpo toma forma y comienza a caminar, es cuando se produce la diferencia.

      Y así es como este niño practicó la autoacupuntura, sin que su conciencia se diera por enterada.

      Hace pocas fechas, el oncólogo que me atiende me indicó que tomara dos medicamentos en particular,  juntos, que aunque no hay ninguna explicación científica, estadísticamente está demostrado que cuando se dan juntos provoca una mejoría notable en el paciente. Y aquí estoy, entre el concepto oriental de algunos fenómenos y el occidental. Bienvenidas todas las aparentes casualidades, algún día alguien podrá demostrar que responden a causas concretas, a la… causalidad.

      Conclusión: no todos los lunares deben ser considerados peligrosos, incluso algunos pueden ser de gran beneficio para la salud de la persona. No obstante, tal como advirtiéramos más arriba, si el comportamiento de alguno de ellos puede ser considerado preocupante, siempre será mejor consultar con su médico. 

                                                                                          JLE