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domingo, 20 de enero de 2013

CUATRO ESTADOS PATOLÓGICOS COMUNES

Transferencia, onanismo ocasional, segunda
transferencia y "oigo voces dentro de mi"

      1) A.V.G., paciente de sexo femenino, cuarenta años, dos hijos que rondan los veinte, casada con gestor de mediana empresa, ambos muy buenas personas, ambos son pacientes desde hace mucho tiempo. Ambos llevan ahora más de un año sin visitarnos.  
      Tal como decíamos, quien ahora se presenta es la mujer (A.V.G.). Temblorosa, mirada perdida, mal peinada, vestida con prisa, transpirando copiosamente, nos dice: "Quiero que vea a mi marido... no está bien. También a mi hijo el mayor y a mi cuñado. Mi padre está muy mal. Tiene que ponerle agujas a todos".
      Pregunta: ¿Y usted que tal se encuentra?
      Respuesta (con expresión de sorpresa, casi de incredulidad): ¡Yo estoy bien! solo vengo a pedirle cita para ellos.

      2) Una madre trae a su hijo de quince años, lo deja en la sala de espera para presentarnos el cuadro: "Se lo traigo porque siendo como es, un estudiante de primera, ahora, de golpe, no logra concentrarse".
      Pregunta: Haga memoria, ¿por casualidad no le pasó lo mismo el pasado año para estas fechas?
      Respuesta: Ahora que lo dice... es verdad. ¿Será por el profesor?

      3) "Mi mujer está loca, nunca tiene ganas y ahora quiere separarse. ¿Hay alguna aguja para arreglarla?"
      Pregunta: ¿Usted la ama? ¿Le gustaría volver a casarse con ella?
      Respuesta: Creo que si.

      4) Paciente de 28 años, que responde a las iniciales J.F.T., varón, soltero, sin trabajo, mirada fija en los ojos del interlocutor. "Vengo porque oigo voces que me dicen que tengo que matar a alguien".
      Pregunta: ¿Desde cuando?
      Respuesta: Hace mucho.

PALIATIVOS OCURRENTES

En el primer caso es evidente la necesidad de convencer a la paciente que quien más necesita agujas es ella misma, y la primera punción será VB 41, punto que regula, según los antiguos escritos, "lo alto y lo bajo", el yin y el yang, las emociones y el soma.

En el segundo, teniendo en cuenta que estábamos en primavera, explicar a la madre que es esa la estación en la que las chicas se quitan el abrigo y los chicos ven... y luego proyectan pensamientos que les lleva a naturales actividades que distraen y al mismo tiempo desgastan energía. Lo entenderá mucho más rápido el hijo cuando le decimos que es mejor planificar el ritmo de autoplacer para beneficio propio. De momento tonificaremos R-Yin, incluso con electroacupuntura; B15 para regular las obsesiones; el In-trang y el H2 para tranquilizar el Shen.

Al tercero habrá de explicarle que si quiere tomar té, sea éste verde, rojo o negro, de Ceylán, o chino, primero tiene que calentar el agua, con agua fría es imposible lograr la infusión. Tiene que volver al principio de la historia, cuando ejerció su mera condición de seductor, cuando era todo amabilidad y dulzura con tal de conseguir agua caliente para el té. No es otro que él mismo quien necesita acupuntura, comenzando por tonificar su voluntad. Otro al que, por distintos motivos que al el anterior, habrá que alimentar el R, sedar el H y enseñarle que -aunque parezca demodé- si le abre la puerta del coche para que su chica suba, ella sentirá cierto rubor (calentar, no solo que calienta el agua, también la sangre).

Por último, al cuarto, le preguntaremos algo que no se espera: "¿Y... has matado a alguien?". Ante su obvia -y naturalmente deseada respuesta- de "¡No, claro que no!", le diremos que se tranquilice, porque de hecho, si hace mucho que oye esas voces, no les hace ningún caso. Más tarde agregaremos que es muy difícil encontrar a alguien, en este estresado mundo. que en más de una ocasión no haya escuchado voces que le insinuaran liquidar a alguien o al menos desearle su deceso -ahora mismo recuerdo a un sacerdote que, hace algunos años, en los madriles, me confesó con temblorosa voz esa idea. Por cierto, le respondí que a mi me había pasado lo mismo por mi cabeza respecto a la misma persona. El sacerdote sonrió aliviado). VB41; H2 y 3; in trang; B6 en sedación, el 20Du con sus cuatro agujas de marco, alguna cosa más y la recomendación de que, de momento y hasta que el psiquiatra no compruebe su mejoría, debe seguir a rajatabla con el tratamiento. Siempre habrá tiempo de mejorar por la vía acupuntural que, de momento, solo es complementaria.

                                                                              JLE