Aquel maldito dolor de pié, que va y viene
Doña J.M.C. se presenta en la consulta manifestando un fuerte dolor en el pie derecho. Una vez en la camilla de observación nos explica que el dolor es en el lateral “desde el dedo chiquitito, por la parte de afuera y hasta el tobillo, también un poco por arriba y otro poco por abajo”. Afirma que es un dolor permanente “pero peor al caminar y al apoyar el pie en el suelo”.
Confiesa que lleva tiempo con la molestia, que durante ese largo periodo le han hecho diferente tipo de exploraciones, de las que trae los informes correspondientes (RX, RM y una GM). En principio le informaron que las exploraciones no indican nada concreto y que tal vez se trata de una “falta de calcio”. Con estos parámetros recibió un tratamiento combinado entre analgésicos y vitamina D. El dolor remitió durante un tiempo, pero no del todo. Fue tratada con cortisona con un resultado análogo y, finalmente, le aconsejaron que probara con acupuntura.
Una vez informada la paciente que la acupuntura no es mágica ni hace milagros, llevamos a cabo otro tipo de exploración: bioenergética. El análisis nos dio –como era de esperar- un alto grado de carga energética en el hígado, un vacío de riñón y una notable alteración del bazo-páncreas. Una vez dadas las explicaciones correspondientes (estado de ansiedad, falta de suficiente fuerza energética suprarrenal y comportamiento obsesivo) por una parte, y superadas todas las sospechas de luxación, rotura de ligamentos, problemas óseos, contractura muscular, problemas tendinosos en general, ofrecidas por las exploraciones radiológicas previas y los resultados obtenidos por los tratamientos correspondientes, solo queda la posibilidad de “un dolor de tipo neurálgico”.
Alguna callosidad en las terminaciones y/o nudos nerviosos, o bien algún leve pinzamiento a nivel lumbar que termina afectando, justamente, las terminaciones nerviosas agrupadas en el pie. Hay más, pero de momento vamos a centrarnos en un tratamiento que regule su energía (H/R/B) más puntos ashi –locales- para el dolor y calor en la zona lumbar (diatermia) a fin de relajar ese segmento en previsión de un pinzamiento no doloroso (de lo contrario la paciente nos habría informado del mismo). En cinco sesiones mejoró notablemente. Se le informó que debía continuar el tratamiento con sesiones más espaciadas para consolidar –en parte, naturalmente- esa mejora.
Otro de los consejos fue el de comprobar si la patología tenía su origen en el frío y la humedad (artrosis) o en un proceso inflamatorio (artritis). Si nos damos baños de calor y el dolor aumenta lo tenemos claro, tanto como si mejora. Sencilla forma de excluir las causas de una molestia de forma natural.
Un año después, con un largo periodo de actividad normal, con los altibajos obvios que nos da la vida, la paciente volvió a la consulta con el mismo dolor de un principio. Ahora, además, le produce un cierto grado de inestabilidad, “de algo así como vértigo o mareo”. Su marido “es un hombre con personalidad”. Viven en casa de los padres de él. Su marido tiene una hija de su anterior matrimonio que también vive en la casa Todos tienen autoridad y autonomía clara, menos nuestra paciente que, naturalmente, no sabe donde pisa y cada paso que da lo hace según la estructura jerárquica familiar, lo cual le hace trastabillar. El tratamiento será el mismo,,. porque hay cosas en la vida que se pueden cambiar… pero otras no. Sin embargo, en esta oportunidad, demás, tonificaremos fuertemente el riñón –la voluntad- con electroacupuntura. Seguro que mejorará, aunque la vida sigue y sigue y, repetimos, hay cosas que no se pueden cambiar… ni con agujas.