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viernes, 29 de enero de 2016

Oncólogos, oncología y sentido común

La Voz de Galicia

"El mejor oncólogo es el que sabe

cuando no hay que poner quimioterapia"


El 25 % de los enfermos terminales de cáncer sufren agresividad terapéutica

La tesis que el oncólogo del CHUS, Francisco Barón leyó en la Facultad de Medicina, aborda "la agresividad terapéutica y los tratamientos limitados en el tiempo en enfermos oncológicos al final de la vida", arrojando unos resultados "aterradores", afirma su autor. El trabajo de investigación incluyó a 1.001 pacientes, con tumores ya en fase de metástasis y una expectativa de vida limitada, que a lo largo de cuatro años fallecieron en el CHUS. Tras contar con la aprobación de la comisión de investigación de Galicia para tratar de forma confidencial sus datos, Barón llevó a cabo un trabajo en el que analiza la agresividad de los tratamientos en las últimas semanas de vida.

          ¿Pero qué es la agresividad terapéutica? Las primeras definiciones, explica el oncólogo, son de 1999. Se trata del conocimiento práctico eficaz que es infrautilizado, o el conocimiento práctico ineficaz que se sobreutiliza. Por ejemplo, seguir poniendo quimioterapia unos días antes del fallecimiento en el segundo caso, o no dar morfina ante un dolor intenso que la necesita en el primer caso. No obstante, los últimos estudios definen seis criterios bastante claros de qué es agresividad terapéutica, que son los que Barón aplicó a su tesis.

      Estos seis parámetros a medir son haber recibido una terapia tóxica -quimio u otras- en las dos últimas semanas de vida; iniciar un tratamiento tóxico nuevo en el último mes; que el paciente oncológico tenga que ir a urgencias en su último mes "porque el sistema debería generar formas para que estos pacientes que sabemos que van a morir no tengan que ir a urgencias en su último mes de vida", explica el facultativo; que un porcentaje de más del 17 por ciento fallezca en una unidad de agudos y no en paliativos; que menos del 55 por ciento pasen por paliativos; o que ingresen pero fallezcan en menos de 72 horas, "lo que significa que no han tenido tiempo de beneficiarse de este tipo de cuidados".

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Sala de tratamiento de quimio
          Aplicando los seis criterios, cada uno con porcentajes específicos, la tesis refleja que uno de cada cuatro enfermos oncológicos sufrió agresividad terapéutica al final de su vida. Si en lugar de analizar el total de pacientes, 1.001, se estudian los 571 en los que podían aplicarse los seis parámetros, el 53 por ciento sufrieron uno de los indicadores de agresividad; el 30 por ciento dos; y un 13 por ciento tres.

          ¿Y cómo solucionar esta atención incorrecta al enfermo de cáncer cuando atraviesa los últimos días de su vida? Francisco Barón lo tiene claro, dialogando, manteniendo conversaciones difíciles y haciendo partícipe al enfermo y a sus familiares de las decisiones. Es lo que se denominan Tratamientos Limitados en el Tiempo (TLT), que no se aplican en Galicia y consisten en tomar decisiones con el paciente para probar otras alternativas durante un tiempo limitado para ver si ayudan al enfermo. "Aquí solo se valora la quimioterapia, como inviertas quince minutos en hablar con un paciente ya te llaman la atención", lamenta Barón.

          Esto lleva a que de los pacientes analizados, en la inmensa mayoría de los casos es el médico quien toma unilateralmente la decisión del tratamiento; en un 1,2 por ciento el paciente lo rechaza sin tener en cuenta al facultativo; y únicamente en el 2 por ciento hubo acuerdo dialogado y valorado con el paciente sobre qué opción tomar. "No hay que esperar al último mes de vida para tener este tipo de conversaciones difíciles", explica el autor del trabajo, quien insiste en señalar que "el mejor oncólogo es el que sabe cuando no hay que poner quimioterapia". De hecho, la tesis comienza con una frase muy reveladora, "el rechazo a la tecnología requiere tanta destreza y buen juicio como su empleo. No utilices la quimio cuando estén indicados el tiempo y las palabras".

          La tesis. «Agresividade terapéutica e tratamentos limitados no tempo en doentes oncolóxicos ao final da vida: fundamentos éticos e aplicación clínica», ha sido dirigida por María Sol Rodríguez e José Ramón Amor Pan. 
                                       Elisa Álvarez para la Voz, 20/12/2015 

oooooOOOooooo

"EL DOCTOR CORAGE"

El Dr- Barón, Patricia Reguera y
Jose Luis Elorriaga, en el dia de la
presentacion de la tesis en la
Facultad de Medicin
      Dias después de la presentación de la tesis, el doctor Barón y yo mantuvimos una reunión a fin de valorar las últimas pruebas sobre mi estado de salud (tengo cáncer de próstata con metástasis ósea, con ocho años desde el primer diagnóstico y un tratamiento combinado de radioterapia y hormonoterapia, asi como acupuntura a fin de paliar los efectos secundarios de los mismos, también con infusiones de epilobium).

      Como primer saludo dije a Barón: "De vivir Neira Vilas me sentaría con él quién, estoy seguro que después de escuchar mi relato, el entrañable contador de historias podría escribir su mejor libro: 'El doctor coraje', amigo mio, me gustaría que el mundo entero supiese que cuento con la amistad del oncólogo que lleva la atención de mi enfermedad y que anteriormente estuvo atendiendo a quien fuera mi mujer hasta su muerte y que ha presentado la tesis de mayor relieve de los últimos años, en la cual señala los errores que se han cometido durante mucho tiempo y que para eso hay que tener un valor personal de muy alta estima. Valor personal y coraje. Verdadero y auténtico coraje".

      Conozco a Barón desde hace casi veinte años y durante todo ese tiempo hemos polemizado cordialmente. Tiempo en el cual hemos dejado crecer un vinculo de amistad indisoluble. Tal como el que mantenía con otro fenómeno de la medicina, el doctor José Manuel Lado, director del hospital psiquiátrico de Santiago de Compostela, con quien eramos mas que amigos, a pesar de su devoción por el ex presidente del Gobierno Jose Maria Aznar, enfermedad grave de la que no pude curarle, tanto como su cáncer al hígado que se lo llevó en un abrir y cerrar de ojos. 
       
       En todos estos años he experimentado en primera persona los tratamientos de este oncólogo. En ese tiempo me he ganado su confianza, en tanto él no dejó nunca de "consultarme" cada paso del tratamiento. Hace ahora casi ocho años estaba yo desplazado a una zona de España donde mejor se disfruta del clima (la Costa del Sol) con la intención de conseguir la mejor estancia para la que era mi compañera de los ultimos 37 años de vida. Allí me diagnosticaron un cáncer de próstata por T1c (PSA alto), que una vez hecha la biopsia dio una calificacion MO (aislado), en tanto que ahora se encuentra en el nivel M1b (con metástasis ósea) y se me dijo que si no hacia quimioterapia de inmediato moriría en seis meses. Esto fue, repito, hace casi ocho años, ahora el PSA esta en 0,25/0,28, habiendo llegado a 7.350 (SIETE MIL TRESCIENTOS CINCUENTA). 

       El tratamiento del doctor Baron fue hormonal, siguió con episodios de radio, luego Genoxal (medicamento hace años desestimado por haber otros mucho mas sofisticados y... sumamente mas caros), y por ultimo Ezalutamida. Medicamento que ha resultado sumamente eficaz, al menos en mi caso, ya que, una vez vistas últimas pruebas -de las que hablábamos al comienzo de estas lineas- habrá que aceptar con alegria que algo bueno, qué digo, muy bueno, ha sucedido.

        No solo esta el resultado del PSA, sino que tanto la GM como la RM (gammagrafia y resonancia magnética) han ofrecido resultados gratificantes. Dado mi edad (75 años) como la enfermedad que cargo desde hace siete años, podia esperar que el resultado de ambas pruebas dieran igual que hace dos años (la anterior), o un poquito peor (no mucho, puesto que se hubiese notado en los sintomas), pero no, el resultado ha sido que he mejorado, poco, pero he mejorado.
       
       El trato del doctor Barón, entre compañero, socio, amigo, colega, medico, consejero, cómplice, serio a veces, asi como divertido las mas, compartiendo avatares, anecdotas, me permitió constatar -desde mi condicion de paciente- su evolución profesional, asi como comprobar su éxito no solo con mi persona sino con respecto a otros pacientes suyos que comentan, siempre con la máxima devoción y agradecimiento, lo bien que les ha ido y les va con su oncólogo (a pesar que son numerosas las veces que el paciente ya se encuentra en la fase final de su vida).

EL MEDICAMENTO MILAGROSO

       Claro que le guste o no a "mi" oncólogo, el medicamento que me ha salvado la vida y que en estos ultimos siete años (va para ocho) me ha ido reconstruyendo, haciendo que vuelva al trabajo diario con mis pacientes, que pudiese ayudar a terminar de escribir y publicar un libro ("Una lectura Psicosomática") que me encuentre trabajando en otro, que continúe editando el Foro Bioenergetico... es un medicamento que parece haber sido diseñado para mi, exclusivamente para mi, se llama Patricia (en la foto con Barón y yo mismo).

      Por último, estimado lector, os dejo aqui una frase de una mujer extraordinaria: Louise Loony Hay . Ha dedicado su vida a atender a pacientes terminales, ha publicado diez libros de autoayuda, alguno de ellos con millones de copias circulando por el mundo:  "Elige un médico que consideres que entiende tu visión sobre la salud y el bienestar. Elegir el profesional adecuado para ti va mas allá de conseguir referencias de tus personas de confianza. Asegúrate de que éste profesional te escucha y te facilita la información que crees que necesitas para tomar las menores decisiones. ¿Te explica tu médico las cosas de una forma comprensible sin tratarte como si fueses tonta? ¿Te trata como a un igual en lo que representa tu salud? ¿Te sientes cómoda cuando le haces preguntas de seguimiento? y lo mas importante: Te sientes cómoda con lo que te está recomendando que hagas?" 

                                   
                                   José Luis de Elorriaga y Canosa



lunes, 4 de enero de 2016

Acupuntura alli donde nadie lo espera

El equilibrio energético en el amor posible en lo aparentemente imposible

      Lo hemos repetido hasta la saciedad: el hombre es mucho mas hermético que la mujer y si hay alguien que raya en el 100 por 100 de la apertura, en la comunicación abierta, en la necesidad de que el terapeuta este enterado de los detalles de su patología, es el homosexual y la lesbiana, sobre todo si intuye que tiene frente a sí a un "fronterizo", a ese que nada le ha de empujar a emitir un juicio previo y mucho menos negativo, a ese que incluso no le importará que su nuevo paciente u ocasional relación publica le lleve a presumir que esta ante un igual. Tal "encaje" se convertirá en catástrofe si solo corresponde a una pose, por mejor interpretada que esté.

Resultado de imagen para amor homo y olesbico      Así fue que María-María se presentaran en la consulta porque ambas venían recomendadas por otro matrimonio, en ese caso de dos chicos. Y es que nosotros, pareja de profesionales y a la vez matrimonio, tenemos 40 años de diferencia en nuestras edades biológicas que no emocionales y ello provoca en determinados pacientes una sensación de seguridad de que no están hablando con un matrimonio "normal". Sino "fronterizo", raro, desprejuiciado en términos reales, aunque no necesariamente mejores interlocutores, eso siempre se verá con el tiempo.

ELLAS Y ELLOS Y EL ENTORNO

      María-María solo necesitaban eso, cambiar impresiones sobre la vida y la muerte, sobre el amor y el desamor, sobre el compromiso mutuo de disfrutar de la libertad individual al tiempo que se mantiene la relación de pareja. De los "papeles", al decir de Serrat, o la palabra dada. En definitiva, de la seguridad o inseguridad de un futuro incierto, que provocará y provoca ansiedad y depresión al mismo tiempo. Así como obsesiones, manías, mutuas exigencias y actos de generosidad manifiesta, según el caso, el día y el entorno. El cruel, a veces siempre, entorno. 
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      Bien, primera ventaja que ofrecieron María-María: una era definitivamente yang respecto a la otra. Ambas cerraban el circuito taoísta, lo cual ofrecía un cierto grado de "buenas perspectivas". En una todo era cuestión de tonificar el yin del órgano depresivo por antonomasia (> R), al tiempo que sedamos el que aporta ansiedad (< H), mas por sus características también sedamos el yang (< BP). A su compañera exactamente lo contrario. 

      Una vez tratadas con los puntos principales para cada caso, y algunos otros según el comportamiento de esos dias. Les quedó lo suficientemente claro que el resto es obra y gracia del incierto futuro, ese que hay que ayudar a consolidar con el esfuerzo de ambas. sin caer nunca en el desfallecimiento.

VIVIR TODO EL TIEMPO

      Fueron un puñado de sesiones mas o menos seguidas y mas tarde cada quince y treinta días. Hoy continúan llegando a la consulta, a veces juntas a veces separadas, pero siempre felices, Dos años de terapia les ha servido para conocerse mejor y aceptar que nada de lo importante en la vida puede garantizarse al cien por cien, sino se lo trabaja al cien por cien y a veces ni así, pero no les importa puesto que el mayor descubrimiento es el que no se puede controlar, sino vivirlo: EL TIEMPO. 

      Y que por tanto hay que disfrutar cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, como si fuese el último de la vida.